Culturaholics

lunes, 23 de mayo de 2011

"Midnight In Paris", Inédita forma de ensalzar París.



Como viene siendo habitual, y con una satisfactoria periodicidad insaciable, Woody Allen estrena nueva película. De nuevo, una capital europea bautiza su título. París. Y una vez más, al igual que ya hizo en Vicky Cristina Barcelona exalta los estereotipos bellos y positivos de la ciudad. La Torre Eiffel, Marion Cotillard, Carla Bruni, planos y estampas casi paradisíacas... ¿Qué hay de malo en resaltar los clichés si vienen acompañados de una historia tan mágica y una cinematografía tan bella como la de Midnight In Paris?

Owen Wilson encarna a Gil (prácticamente una calcamonía de la personalidad de Woody Allen en la primera etapa de su cine), un escritor cansado de su vacía vida norteamericana. Junto a Inez (radiante Rachel McAdams), su prometida, y los padres de ésta se embarcan en un viaje a París. Será en esta ciudad donde Gil empiece a programar su futuro, un planteamiento que se consolida tras descubrir cada medianoche en sus paseos nocturnos, la panacea de su vida. 

La suerte de que el espectador no conozca qué es lo que ocurre a partir de medianoche antes de sentarse a ver la película, es prácticamente nula si se ha visionado previamente algún trailer (donde no se expone pero no es difícil de adivinar) o leído alguna sinopsis. Y ahí reside uno de los puntos fuertes de la película, descubrir ese giro durante la proyección de la cinta.
El filme destaca a muchos niveles. Con una gracia natural, cuenta con unos gags nada forzados, que seguro permanecerán en la memoria de los espectadores (la cena de corte surrealista). Derrocha una fantasía y una magia que ya desearían estar presentes en numerosas producciones de exacerbados presupuestos y millonadas gastadas en FX.

El desfile de personajes atractivos y mágicos es inagotable, (remite en cierta forma al variopinto plantel  de la burtoniana Big Fish, la cuál también cuenta con la presencia de Marion Cotillard en su reparto). Allen consigue que el espectador comparta la exaltación de Gil a medida que estas identidades van cruzándose en su camino. Se agradece la presencia de actores en “pequeños” roles como Adrien Brody, Kathy Bates o la adorable Alison Pill (que descubrí en la serie de televisión “In Treatment” y me alegra ver cómo va ganando visibilidad en películas más notables y papeles más relevantes). Aunque sin duda alguna, es la ya mencionada Marion Cotillard la que vuelve, una vez más, a llevarse la corona. Resulta sencillamente encantadora e irresistible como la joven independiente Adriana, y si uno de los adjetivos con los que se tacha esta película más a menudo es de "mágica" es por el resultado de las escenas y de la química que comparte con Owen Wilson. 


La ambientación es brillante, la contraposición entre lo realista del día y lo onírico de la noche está muy conseguida (algo que se puede apreciar también en el cartel promocional de la película. La banda sonora en la que predomina el jazz es exquisita. Reflexiones sobre la capacidad (e incapacidad) creativa, el manido tema amoroso pero bien argumentado (querer a dos mujeres de una forma tan diferente) y el doble juego entre la realidad y la ficción. Aderezos fantásticos poco frecuentados en la obra de Allen, que constituyen uno de los grandes aciertos.

Quizá el aspecto por el que más fácilmente se puede atacar a Medianoche en París es por la sensación de propaganda de agencia de viajes que da en ciertos momentos, de un obvio anuncio turístico (y que, de hecho, funciona). Sin embargo, desde mi punto de vista, esta visión turística está enteramente argumentada y acorde con la fascinación que el protagonista siente hacia la ciudad. Una visión subjetivamente positiva, pero acertada.

La crítica la pone por las nubes, un 92% de críticas positivas (RottenTomatoes). Puede que algunos duden de si es o no la mejor película de la “etapa contemporánea” de Woody Allen, pero sin duda, sí es la que ha parecido agradar a todo tipo de públicos. No se había llegado a tal consenso por parte de la crítica hacia una película de Woody Allen desde 1994 con Balas Sobre Broadway (96% de críticas positivas).

Es difícil que el espectador no se vea fascinado, o al menos entretenido con esta nueva película, convirtiéndola en una gran opción para ir a la gran pantalla sin que en ninguno de los asistentes reine el disgusto. Es una producción natural, blanca, tan sólo busca filtrar sentimientos positivos al espectador. Una pulcritud que provoca que muchas de las escenas de Midnight In Paris se puedan calificar como insuperables, responsables de sumergir al que las visiona en un mundo de ensueño del que no quieren escapar.

Mister Juan Bernardo Rodríguez

domingo, 22 de mayo de 2011

Culturaholics se pone las pilas

La plaza madrileña de la Puerta del Sol es el centro del mundo estos días. La revolución más fotografiada de la historia y la menos esperada se hace un hueco en estos tiempos que parecen ser convulsos. Entre tanto alboroto el flujo de ideas es necesario y latente. Las opiniones y proyectos, la búsqueda de alternativas y la necesidad de cambiar un sistema anquilosado son los temas que rigen la revuelta.


A nosotros, con tanto movimiento, nos han vuelto a entrar las ganas de cambiar. Es necesario demostrar que la juventud no sólo se interesa por estar cómoda, que la Universidad puede ser ese ámbito de intercambio de conocimientos y no sólo una máquina expendedora de títulos. Hemos recordado que la finalidad de nuestro blog era esa, y que -tras un trabajo para una clase universitaria innecesaria- lo habíamos dejado en un baúl.


Vamos a volver, y esperamos que no sea para cometer el mismo error de nuevo. Estamos acá de nuevo, esperanzados con seguir trayendo la cultura de la que nos empapamos constantemente y con un equipo reforzado. Quizá cambien ligeramente nuestras filas, pero estamos al cien de nuevo.


Perdón por la tardanza.
 
☞ CELIA PELÁEZ | JOSÉ MIGUEL PÉREZ | JUAN BERNARDO RODRÍGUEZ ☜